Francia y Grecia ante el espejo
Si hace poco más de un mes escribíamos sobre el paralelismo entre las elecciones griegas y francesas hoy, curiosamente, nos vemos forzados, por decirlo de alguna manera, a hacerlo de nuevo pero con otro enfoque. Entonces resaltábamos como la ascensión de las fuerzas políticas más alejadas ideológicamente del centro, por decirlo de manera suave, se había visto enmascarada en Francia debido a la peculiaridad de la segunda vuelta y sin embargo se resaltaba hasta el empacho en Grecia. En realidad, tanto en un país como en otro, el voto llamado radical había subido como la espuma. Sin embargo, hoy vemos como en ambos países han optado por la estabilidad. Bueno, estabilidad en el caso de Francia, en Grecia, más que estabilidad, podemos decir que han optado por lo malo conocido antes que lo bueno por conocer. Es decir, Nueva Democracia frente a Syriza. El problema es que lo malo es bastante malo, la verdad.