La ley de transparencia nace opaca
Como si de un estado dictatorial se tratara, los partidos que han gobernado y siguen gobernando en España se han ocupado de tejer una tela de araña que oculta su gestión impidiendo a la ciudadanía acceder a la información relacionada con el destino que se da al dinero que aporta y con quién hace qué dentro de los órganos de ese gobierno que se supone nos representa. Una ciénaga que evita que la gestión de nuestra aportación social se haga de un modo limpio. El que pone reparos a que se vea lo que hace, es que tiene algo que ocultar. Una Transición inacabada y apuntalada sobre el absurdo consenso impuesto por las fuerzas de la dictadura ha conseguido perpetuar un sistema opaco, henchido de favores, corrupción y propiciador de una impunidad que avergüenza a cualquier persona con un mínimo de decencia.