Los olvidados: Congo

Imagínense un país del tamaño de Europa occidental enclavado en el corazón del continente africano. Un país rico en minerales como el coltán, utilizado en la fabricación de móviles, ordenadores o videoconsolas de todo el mundo. Rico también en depósitos de uranio siendo uno de los grandes proveedores de Estados Unidos durante la guerra fría. Un país con cinco parques nacionales patrimonio de la humanidad. ¿Lo tienen? Ahora imagínense un país protagonista de la guerra más mortífera desde la Segunda Guerra Mundial. Un país con la más alta tasa de violaciones y violencia sexual del planeta. Un país donde los niños soldado aún se cuentan por miles. El país de origen de uno de los virus más mortales conocidos. Bienvenidos a la República Democrática del Congo.



Un poco de historia nunca viene mal, ya saben, conocer el pasado para entender el presente. Nos remontaremos para ello a finales del siglo XIX. En 1885, tras la Conferencia de Berlín en que las potencias europeas se reparten, cartabón en mano, las colonias africanas,  una vasta región de África central pasa a ser posesión privada, como lo leen, del rey belga Leopoldo II. Se inicia así la explotación mineral, natural y humana del entonces denominado “Estado Independiente del Congo”. Debido al nulo interés de la población autóctona por el trabajo en minas y latifundios, con sueldos irrisorios, las compañías coloniales imponen el trabajo forzado en condiciones cercanas a la esclavitud.

Las condiciones inhumanas y las masacres provocan que, en 1908, el parlamento belga vote la nacionalización del Congo. Se inicia así un periodo que podríamos definir como de colonización relativamente amable para los estándares de la época. Los ciudadanos nativos son totalmente de segunda, no pueden optar a ningún puesto de responsabilidad, que son ocupados todos por los invasores, y se imponen una especia de Apartheid, pero al menos se construyen hospitales y escuelas donde, incluso, se enseñan los idiomas locales, cosa nunca vista en las colonias.

El descontento no hace si no crecer puesto que 15 millones de personas no pueden ser ciudadanos de segunda en su propia tierra mientras son gobernados, a todos los niveles, por 28000 extranjeros. Para apaciguar los ánimos los colonizadores crean la figura de los “evolucionados”. Tras un examen los congoleños que lo superen pueden prosperar y acceder a otros empleos lejos de las minas y el campo, aunque siempre de segunda y peor remunerados.

Uno de estos “evolucionados” fue Patrice Lumunba, uno de los artífices de la independencia junto a Kasavubu elegidos Primer Ministro y Presidente respectivamente en las primeras elecciones legislativas libres en 1960. Pocos días después las regiones de Katanga y Kasai del sur, apoyadas por el gobierno belga, anuncian la secesión. Lumumba pide ayuda a Estados Unidos, principal receptor del uranio producido en el Congo, pero este se la niega y el primer ministro se acerca a la Unión Soviética. Lumumba fue fusilado en enero de 1961 en la provincia de Katanga. Tras cuatro años de inestabilidad política, secesiones y guerras accede al poder, previo golpe de estado, el líder del ejército Mobutu Sese Seko con el apoyo de Bélgica y Estados Unidos. Quien, en un primer momento, fue recibido como un salvador pronto se mostro como un dictador implacable dedicado a esquilmar el país. Se calcula que su fortuna personal poco antes de su salida del país se cifraba en 4000 millones de dólares, una cantidad superior a la deuda externa del entones rebautizado como Zaire. 


Permanecerá en el poder hasta 1997, año en que Laurent-Desiré Kabila se proclama presidente aupado por el ejército de Ruanda. A cambio las tropas ruandesas campan a sus anchas al asalto de los campamentos hutus formados en terreno del Congo tras la llegada de los tutsis al poder. Kabila ya formó parte de una de las guerrillas partidarias de Lumumba tres décadas atrás. Se dice que estuvo en contacto con Ernesto “Che” Guevara en su aventura africana. Poco después una rebelión auspiciada por la misma Ruanda y Uganda, que ya controlaban el oeste del país, se forma contra el nuevo gobierno. Por otro lado este es apoyado por Zimbabue, Angola, Namibia, Chad y Sudán. Da comienzo así la Segunda Guerra del Congo o Guerra Mundial Africana. A pesar de los acuerdos firmados en 1998 el conflicto continua en su máximo apogeo hasta 2002 dejando tras de sí más de cinco millones de muertos y tres millones de desplazados. En 2001 Kabila es asesinado y sucedido por su hijo Joseph Kabila. Este busca apoyo internacional cristalizado en 2002 cuando se firman los acuerdos de Lusaka. De estos sale un gobierno de transición que culmina en la celebración de elecciones de las que sale vencedor Kabila. A partir de ahí la situación solo ha mejorado sobre el papel.

A día de hoy el Congo es considerado el país más pobre del mundo y las violaciones de los derechos humanos se suceden sin control.

Hasta febrero de 2002 que entró en vigor un nuevo tratado de las Naciones Unidas  aún era legal reclutar niños y enviarlos al combate. En el conflicto de la República Democrática del Congo más de 30.000 niños y niñas han sido reclutados como soldados. Se estima que todavía hay alrededor de 4000 niños soldado. Estos son usados, habitualmente, como porteadores y, en algunos casos, entran en combate. Si se niegan son asesinados, delante de sus compañeros, como advertencia e incluso hay documentados casos en que se obligó a estos mismos compañeros a llevar a cabo la ejecución.



Otro tanto ocurre con las violaciones sistemáticas que se suceden día a día. La República Democrática del Congo es actualmente el país con un mayor número de violaciones a mujeres a manos de grupos armados. Según las estimaciones 1400 mujeres son víctimas de violaciones o algún tipo de violencia sexual diariamente en el Congo siendo, además, causa de contagio del VIH. Mujeres que no solo tienen que luchar contra las secuelas físicas y psicológicas si no contra su propio entorno que les da la espalda. La mayoría de ellas se niegan a denunciar las agresiones ante el miedo a ser estigmatizadas.


Y por si todo esto les parece poco Congo cuenta con el dudoso honor de ser recorrido por un río que da nombre al  virus del ébola. Virus documentado por primera vez en 1976 tras las epidemias que sufrieron en el sur de Sudán y el norte del entonces llamado Zaire. Es uno de los virus más mortíferos conocidos como muestra el hecho de que de los 1850 casos documentados se registren 1200 fallecidos.

¿Y donde están las potencias occidentales? ¿Donde la ONU, la OTAN y Estados Unidos?. Mientras nuestros telediarios muestran noticias de conflictos como el de Irak, Afganistán o Israel apenas oímos hablar de un país cuya devastadora situación dura décadas. Ante la imposibilidad de controlar un país del tamaño de Europa las grandes multinacionales en que se han convertido nuestros países prefieren la inestabilidad y el desgobierno. Un país estable y organizado sacaría mayor rendimiento de la gran cantera que es el este del Congo mientras que la situación actual beneficia el tráfico de estas materias aunque para ello haya que cerrar los ojos.

La paradoja del Congo es que sus abundantes riquezas naturales son la causa de su infortunio. Desde la época de Leopoldo II este ha sido el motivo de las continuas invasiones, guerras y sufrimientos del país. Mientras usamos nuestros móviles u ordenadores no somos conscientes de hasta qué punto están manchados con la sangre de una tierra sumida en un infierno desde que el primer hombre blanco puso sus pies en ella.



Si quieren saber más les recomiendo escuchar los siguientes enlaces del estupendo programa Países en Conflicto de Radio5-RNE:

Países en conflicto - República Democrática del Congo

Países en conflicto - Violaciones en el Congo: la epidemia silenciosa



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