Televisiones, agujero negro
En estos tiempos de
crisis en que todo se recorta o es susceptible de ser recortado le da
a uno por analizar, en la medida de lo posible, los ingresos y los
gastos del Estado, las prestaciones, las subvenciones, de donde se
puede ahorrar y de donde no. Vamos, como si estuvieras en casa, a fin
de mes, revisando las facturas. Y en estas me ha dado por fijarme en
la televisión pública y, más concretamente, en las cadenas de
televisión autonómicas.
Las trece cadenas
autonómicas costaron a las comunidades autónomas alrededor de 2.850
millones de euros en 2010 según un estudio encargado por la
asociación de las televisiones privadas (UTECA) a Deloitte. De esta
cantidad 1.918 millones corresponden a subvenciones y tasas, 396
millones en aportaciones patrimoniales y otros 536 millones relativos
a sus pérdidas. El coste neto para cada hogar español fue ese mismo
año de 152 euros. Estos datos arrojan un hecho curioso en la actual
situación de crisis económica. Mientras nuestros dirigentes
recortan en Educación o Sanidad las subvenciones que reciben las
televisiones públicas aumentaron un 57,8 por ciento en dicho año,
coincidiendo, todo hay que decirlo, con la supresión de publicidad
en la RTVE que benefició, y mucho, a las televisiones privadas.
Para entender estas
cifras nada mejor que unos ejemplos significativos. Los costes de
Canal Sur superan los 232 millones de euros y los de la televisión
catalana se disparan a los 324 millones; Canal 9, la televisión
pública valenciana, tiene más de 1.800 trabajadores, una
plantilla superior a Tele 5 y Antena 3 juntas; la televisión
autonómica de Baleares llegó a consumir el 3,48% del presupuesto
autonómico.
Este gasto creciente
choca frontalmente con los datos de audiencia de estas cadenas que
hacen dudar de esa pretendida utilidad como vehículo para la
difusión de la cultura, el idioma o las costumbres de cada región.
Las televisiones vascas, catalanas y gallegas, junto a Canal Sur y
AragónTV, son las más seguidas y sin embargo su media mensual, en
cada comunidad y sumando todos sus canales, no llega al 14%. Caso
paradigmático de esta escasa utilidad es que el canal en euskera de
ETB solo es seguido por el 1,7% de los vascos. Otro ejemplo podría
ser el segundo canal de Telemadrid, la Otra, por el que tanto luchó
Esperanza Aguirre. Es seguido por la friolera del 0,9% de los
madrileños.
Viendo estos datos se
entiende perfectamente que las cadenas autonómicas hayan pasado de
representar, en su momento de mayor auge, el 16% del mercado
publicitario mientras que actualmente no lleguen al 9% según el último estudio de Infoadex.
Para hacer frente a esta
situación se presentan diversas opciones. Uteca ha propuesto un modelo, a imagen y semejanza del alemán, con un canal público de
cobertura nacional al que se sumen las televisiones autonómicas.
Cada señal autonómica que pasara a la común supondría que la
desaparición de al menos un canal autonómico de dicha comunidad. La
programación sería creada entre RTVE y las distintas televisiones
autonómicas públicas que se adhirieran con posibilidad de realizar
desconexiones regionales. El objetivo sería reducir los costes en
transmisión de señal e impulsar la producción propia, que al ser
conjunta también repartiría costes. Por supuesto al depender de
RTVE sería un modelo sin publicidad. No hay que olvidar que la idea
proviene de la asociación de televisiones privadas. Aún así
debería ser tenido en cuenta.
La otra opción supondría
la externacionalización parcial de la actividad audiovisual. Como
ejemplo lo que ya está haciendo la televisión aragonesa, que ha
cedido a productoras ajenas los informativos, 2.000 horas de
contenidos anuales y la explotación técnica y comercial. Canarias y
Baleares han optado por un modelo similar y Castilla y León ha
adjudicado la explotación total de un canal regional a la iniciativa
privada a cambio de una subvención.
Sea como sea lo que está
claro es que el actual modelo es insostenible y, además, no cumple
las funciones que se le suponen. No tiene ningún sentido este
derroche de medios en unas televisiones autonómicas que compiten en
cuanto a contenidos con las televisiones de ámbito estatal. Futbol,
cine americano, programas del corazón no deberían tener cabida en
unas cadenas cuya supuesta razón de ser es la cercanía con los
ciudadanos y la difusión cultural de cada región. Puesto que está
claro que los partidos políticos no van a desprenderse así como así
de una herramienta tan poderosa como esta no parece razonable que
haya más de un canal en cada comunidad habida cuenta del gasto que
suponen y de la audiencia que captan.
Mientras escribo esto leo la noticia de que los recortes ponen en peligro ClanTV y Teledeporte cuando estos dos canales sí pueden considerarse de servicio público, uno como refugio televisivo de nuestros niños y jóvenes y otro por dar cabida a deportes minoritarios, en España todos los que no son futbol. Incluso en el caso de los canales tradicionales esta función podría
circunscribirse a La 2 prescindiéndose así de contenidos que no
necesitan el apoyo de lo público. La familia Alcántara, el ninja medieval o el tío de la vara nos cuestan la friolera de 12.000 euros el minuto siendo contenidos que tendrían cabida en cualquier televisión privada que podría amortizarlos mediante publicidad. A pesar de esto reconozco que La Primera es un canal muy arraigado en las costumbres y el
imaginario de la población española y sería casi traumático, para
gran parte de ella, desprendernos de él. Pero, visto lo visto ¿qué me dicen de los canales
autonómicos?
Pero.... ¡eso es imposible! Si las quitan ¿Cómo harían propaganda electoral durante toda la legislatura los partidos que las controlan?
ResponderEliminarEsa es la cuestión. Y para conseguir influir en el mayor número de gente necesitan que la audiencia de la cadena sea relevante y para eso se tienen que gastar el dinero que no tienen en futbol, películas de estreno o programas del corazón en lugar de programas educativos, informativos o deportes minoritarios que se supone que debería ser su función.
EliminarGracias por leernos y por participar
La solución es siempre la misma, o se hace como en Alemania o se privatiza. A ver cuando alguien tiene ideas propias.
ResponderEliminarEs curioso que ti la solución sea quitar series pero, ¿con que se sustituirían? Como buen crítico, no presentas ninguna solución.
La televisión pública no tiene que presentar beneficios, el beneficio somos todos.
Efectivamente no aporto una solución en concreto, pecaría de presuntuoso si pensara que la tengo. Mi intención, más que eso, es dar información para fomentar el debate.
EliminarPero ya que me pides que me moje y sin ser experto en la materia lo primero que haría es dejar, si se puede pagar, que esa es la cuestión, un solo canal por comunidad autónoma. Sobre los contenidos deben acercarse a la población objetivo a la que van destinados. No tiene sentido que se gasten millonadas en ofrecer deportes de masas como el futbol, series o películas de estreno de las que ya se encargan las televisiones privadas que puede hacer dicha inversión y sacarle rendimiento.
Precisamente porque el objetivo de una televisión pública no es hacer negocio debe ir encaminada a dar cobertura a información regional, deportes y cultura que tengan menos relevancia en los medios y, en las comunidades con idioma co-oficial, fomentar su uso. Paradójicamente en España, no se en otros países, los contenidos que se pueden considerar de mayor servicio público son los que menos audiencia tienen. Para mi un ejemplo de canal público es La2 de RTVE. Siempre he pensado que de cerrar o privatizar uno sería La Primera.
Los informativos deben centrarse principalmente en información de interés para la región en concreto. No tiene sentido, por ejemplo, que las televisiones autonómicas tengan seis corresponsales fijos en Bruselas con un coste, solo para Canal Sur, superior a los 250.000 euros.
Gracias por leernos y por participar
Me parece muy bien, pero creo que te estás centrando en los canales autonómicos cuando yo he preguntado como sustituirías en la televisión estatal la programación que según tu, su coste es excesivo.
EliminarTe lo pregunto claramente ¿que programación pondrías para sustituir las que suponen un coste elevado?
El ente público realiza una inversión no para sacarle rendimiento, sino para presentarlo al mayor "público" posible ya que es "pública" y de todos.
Me he centrado en las televisiones autonómicas puesto que, aunque también menciono la estatal, la entrada se centra en las autonómicas.
EliminarObviamente, como comprenderas, no he hecho ningún estudio de como debería ser toda la programación de cada cadena. Aún así, como ya te he contestado antes mi módelo de contenidos en una TV pública es La2.
De todos modos que opine que no se deberían gastar millonadas en ciertas cosas no quiere decir que no se puedan gastar nada. Como en todo se podrá alcanzar, creo yo, un termino medio.
A mi parecer una televisión pública, ya que la pagamos entre todos, debe tener una programación que interese a la mayoría de la población y desde mi punto de vista La2 no despierta mucho interés. Yo, por lo menos, no conozco a nadie q le encante ver documentales, a no ser q sea para echarse la siesta.
EliminarEl argumento de que lo público no tiene que tener beneficios es una falacia, a mi entender. Es verdad que el beneficio de lo público somos todos, pero tiene que haber una "necesidad". Todos esos mini aeropuertos que se han hecho por ahí (de costes enormes, por cierto), tienen un uso real ridículo, por tanto NO se amortiza (y me refiero a la amortización que conlleva el uso ciudadano, no la amortización económica). Cuando uno ve el porcentaje de gente que ve los canales autonómicos, pues llega a conclusiones obvias.
ResponderEliminarAdemás de lo dicho, creo que seremos más inteligentes si buscamos una solución que además de dar beneficio al ciudadano, sea sostenible. Ello liberará cargas en esa actividad que se podrá utilizar en otra necesidad pública.
Por otra parte, lo único que justifica una TV pública es el derecho a la información. El entretenimiento no es ningún derecho. Que pueda ser razonable que RTVE también tenga entretenimiento, sí. Pero razonable ha de ser su coste también (y muchos casos no lo es).
Por último, hemos de velar por la eficacia. ¿Cómo podemos justificar, por ejemplo, que RTVE tenga un corresponsal en París, y Telemadrid otro, para dar exactamente la misma noticia? ¿Estamos tontos? Un telediario de La 1, y uno de Telemadrid, se parecen demasiado...
Y la injerencia política de cada comunidad. ¿De verdad no se ve la manipulación y el uso como chiringuito particular? Ya de por sí las CCAA son un chiringuito particular, una cadena de "agradecidos" y de colocaciones "digitales". Con las TV autonómicas pasa lo mismo y encima con propaganda partidista que ¡pagamos todos!
Las televisiones autonómicas han sido una "necesidad" ficticia sobrevenida y creada por los que tenían interés de que existieran, que curiosamente son los mismos que no quieren reformar las CCAA para que sean más eficientes.
Los datos y propuestas de UTECA mejor los ponemos en cuarentena, que son parte interesada y su objetivo no es otro que el de quedarse con todo el negocio. Para UTECA por tanto la única TV pública buena es la que no existe. Por otro lado coincido en la situación insostenible de una galaxia de "teles" autonómicas (y algunas municipales)generando un gasto desproporcionado con el servicio público que se suponen deben prestar, con escasa o nula eficiencia económica y discutible rentabilidad social. Vengo defendiendo desde hace tiempo una entidad pública estatal integradora de la TV nacional y las autonómicas, en las que la actual Corporación RTVE fuese accionista de sociedades en cada ámbito y aportase su estructura territorial, junto con otros inversores institucionales, con Consejos de Administración proporcionales y Control Parlamentario correspondiente, funcionando con sinergias de grupo empresarial y CONTRATOS-PROGRAMA firmes, como tiene en su responsabilidad estatal. La idea es compleja y sería muy prolijo abordarla en un comentario como este pero, dentro del modelo audiovisual de Europa, es imprescindible una RTV pública fuerte, de claro compromiso democrático y servicio público y con seguridad financiera, sin que se la obligue a un papel marginal o secundario respecto de los operadores privados.
ResponderEliminarComo ya mencionaba en la entrada sobre UTECA "No hay que olvidar que la idea proviene de la asociación de televisiones privadas. Aún así debería ser tenido en cuenta". Está claro que la intención de esta asociación es quedarse, en última instancia, con todo el pastel publicitario. Aún así creo que las ideas deber ser bienvenidas y, al menos, estudiadas.
EliminarEl modelo que propones me parece muy interesante pero, desgraciadamente, no creo que tenga cabida en la idea que tienen nuestros dirigentes de las competencias que no son una forma de dar el mejor servicio al ciudadano si no de acumular más poder. Además supongo que sería una buena idea para haberlo llevado a cabo desde un primer momento y no ahora con todas las estructuras comunitarias ya creadas.
Gracias por leernos y por participar
Ni idea, macho. Y contradicciones por doquier. De no ser vistas a convertirse en un "poderoso instrumento" va un abismo. Apañados vamos si los medios de este país acaban todos en manos privadas y al servicio de diversos capitales. Hay regiones que solo salen en las Tv nacionales cuando hay un accidente muy grave o alguna tragedia. En ciertas privadas solo salen para el cachondeo. Y en deportes ni les cuento, que si el dedo pequeño de pie de Cristiano o el nuevo tatuaje de Messi. Necesitamos medios regionales, y que sean públicos, claro que si. Y a los que manipulen sanción a directivos y expulsión. Punto.
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