Mubarak ha muerto ¿o no?

Hosni Mubarak, ex presidente de Egipto, fue condenado a cadena perpetua por la represión mortal que ordenó contra su pueblo cuando éste se levantó en su contra. Fue ingresado en la prisión de Tora en El Cairo el pasado 2 de junio y su salud ha caído en picado desde entonces. Durante las últimas horas, han circulado noticias contradictorias sobre su estado. Hace dos días fue trasladado a un centro sanitario militar en el barrio de Maadi. Según su abogado sufrió una trombosis cerebral y un ataque cardíaco pero ha mejorado con el tratamiento impuesto. Según Mena, la agencia de noticias estatal egipcia, Mubarak se hallaba clínicamente muerto. El ex dictador de 84 años parece estar en las últimas a pesar de los vaivenes de las informaciones sobre su salud. Pero, ¿realmente está muerta la dictadura en Egipto? 

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto, gobierna el país 'de facto' desde la caída de Hosni Mubarak. Mientras los médicos trataban de urgencia al ex mandatario, la plaza Tahrir se llenó de gente que recordaba a la Junta militar su promesa de entregar el poder real al próximo presidente, antes de que termine el mes. 

El ganador de las presidenciales no lo sabremos hasta que sean estudiadas las más de 400 apelaciones presentadas ante la Junta Electoral. Ha habido inconsistencias entre el número de votos y de votantes, votos de ciudadanos fallecidos, repetición de votos y algunos empleados de las casillas de votación influyeron sobre los votantes a favor de algún candidato en particular. Morsi, candidato de los Hermanos Musulmanes, afirmó haber ganado con el 52 por ciento de los votos, mientras que el equipo de campaña de Shafiq, el ex primer ministro, dijo que éste fue el ganador con el 51,5 por ciento de los votos.

Ante la posibilidad de que se desate un nuevo conflicto en Egipto, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) pidieron a la Junta Militar respetar la transición democrática y aclarar las prerrogativas que se atribuyó.

La situación en Egipto, como podéis ver, se va apartando del camino de la transición a una democracia real. Los militares se inmiscuyen constantemente en los asuntos políticos y los candidatos presidenciales se han reducido a una versión light del antiguo rais y a un partidario de imponer la sharia como forma de gobierno. O mandan los militares o mandan los islamistas. En el caso de que los militares les dejen gobernar, que no está tan claro, los egipcios dependerán del talante de la nueva Constitución, producto de este proceso, y de la buena o mala voluntad de unos personajes que parecen haber tomado el control del país.

Un sondeo realizado en Egipto por la Universidad de Maryland (Estados Unidos) nos da pistas de lo que realmente piensan los egipcios. Dos tercios de los encuestados (66%) se declaran partidarios de que la sharia sea la base de la legislación egipcia. Pero, solo el 17% desea su aplicación “literal”; una amplia mayoría, el 83%, prefiere aplicar el “espíritu” de la ley islámica con “las adaptaciones necesarias para los tiempos actuales”. Esa matizada actitud se confirma cuando a los egipcios se les pide que digan cuál es su país modélico en lo que respecta al papel del islam en la vida pública. Se les ofrecen seis alternativas (Arabia Saudí, Irán, Turquía, Túnez, Malasia y Marruecos) y la mayoría, el 54%, escoge Turquía.

Erdogan, Primer Ministro de Turquía, ha sido elegido como político extranjero favorito por un 63% de los egipcios. Le siguen muy de lejos Obama y el rey saudí Abudlá, ambos con un 5%. El 85% de los egipcios encuestados dice tener una opinión desfavorable de Estados Unidos. Preguntados sobre qué podría hacer ese país para mejorarla, el 66% responde que ayudar al nacimiento de un Estado palestino. Israel (97%) y Estados Unidos (80%) son los países percibidos como la mayor amenaza para Egipto.


Los egipcios no abogan en su mayoría por un estado laico. Prefieren una democracia bañada por la religiosidad. Lo que está claro es que no quieren un país gobernado por una Junta militar. Debemos estar muy atentos y apoyar estas pretensiones, siempre dentro de un camino que no aliente las discriminaciones y las persecuciones, como la de los coptos o cristianos egipcios, ni la vulneración de los derechos humanos en general si gobiernan los islamistas. Por supuesto, sin dar marcha atrás en el proceso democrático iniciado. Un proceso que tanto merece una población con multitud de problemas víctima del recién fallecido (¿o no?) y sus secuaces. 


Información de última hora:

Ayer domingo, 24 de Junio, se dio a conocer el nombre del nuevo presidente egipcio: el islamista Mohamed Mursi.
 
Mursi se impuso al candidato de la Junta y último primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafiq, con un 51,73% de los votos, equivalente a 13.230.131 sufragios. Shafiq tuvo que conformarse con 12.347.380 votos (un 48,27%).




Los militares ya se han encargado de salvaguardar sus intereses y de negociar con él sus líneas de actuación en política internacional, como el respeto a los acuerdos de Camp David por los que Egipto firmó la paz con Israel.





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