Señor Montoro, España no se levanta

Ya hablamos anteriormente de la desfachatez de ciertos personajes que por sus cargos deberían ser un ejemplo de honestidad y decencia y sin embargo lo son de desvergüenza y cinismo. El caso es que seguimos descubriendo entre la gente perteneciente a las altas esferas actitudes y declaraciones de una bajeza moral que raya la repugnancia. El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, se ha quejado de la "oposición radical" que está llevando a cabo el Partido Socialista al recurrir la amnistía fiscal del gobierno en el Tribunal Constitucional. 


Según Montoro, el PSOE pretende sembrar inseguridad jurídica con una "radicalidad" que "no ayuda en nada", "trata de infundir temor” y utiliza "planteamientos endebles" para conseguirlo. Ha dicho también que la actitud de los socialistas es "obstruccionista" y que Alfredo Pérez Rubalcaba, después intenta arroparse en discursos políticos de colaboración. "No arriman nada (el hombro), sino todo lo contrario", ha denunciado.

Siempre me han hecho gracia las llamadas a la colaboración y apoyo de la oposición para con los gobiernos aunque la oposición no esté de acuerdo con las medidas que se van a tomar. En esos momentos el gobierno de turno se pone muy serio y trascendental, se invocan los sentimientos de amor a la patria y se amenaza con que la falta de apoyo tendrá consecuencias desastrosas para el país. Este razonamiento rompe con toda lógica: si alguien no está de acuerdo con lo que va a hacer el gobierno es porque piensa que lo que se pretende hacer no es lo apropiado, y por lo tanto será malo para la nación. El teatro de la política se pone en acción y los objetivos electoralistas cuya consecución está por encima de cualquier medio para conseguirlos entran en juego. Lo que decía y hacía en la oposición ahora es lo que no hay que hacer cuando me toca gobernar.


El caso es que Don Cristóbal se queja de que la oposición no echa una mano en esta tarea tan ardua y que sólo saben hacer los del PP de solucionar los problemas gravísimos de los españoles. En concreto el PSOE, ¡qué malo es y qué poco quiere a España!, quiere impedir que recaudemos 2.500 millones de euros, un granito más para conseguir los objetivos de déficit impuestos por el gran capital. Y ¡qué argumento más pobre esgrime! : con la amnistía fiscal del gobierno se consolida el perdón de parte de los impuestos a gente, que ya de hecho estaba defraudando, mientras que los que cumplimos con nuestras obligaciones tributarias nos las vemos y deseamos para llegar a fin de mes.

Montoro también se ha atrevido a pedir "responsabilidad" a los diputados de la oposición y les ha instado a que no utilicen la palabra "rescate", ya que según él "España no ha sido rescatada, porque no necesita ningún rescate". Venga, no seáis malos, no os riáis. Al diputado de UPyD Alvaro Anchuelo le pidió que hablara con propiedad cuando habló de “rescate” al hacer referencia en el Congreso al 'eurocrédito' de hasta 100.000 millones de euros que aportará la UE para sanear el sector financiero español.

Pues bien, en mayo de 2010 el anterior presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero presentó un pequeño aperitivo de lo que no ha parado de hacer el gobierno del PP desde que ganaron las elecciones. Se trataba de un paquete de recortes que era imprescindible poner en práctica porque si no, España sería intervenida. 

La extorsión de los especuladores de la deuda ya empezó entonces y los mercados (¡bastardo eufemismo!) llevan gobernando sobre España desde entonces. Se votó en el parlamento la aplicación de estas medidas y los recortes se aprobaron por un solo voto gracias a la abstención de CiU , de Coalición Canaria y de UPN. ¿Sabéis lo que votó el PP en aquélla ocasión..? Por supuesto que votó en contra. Lo que antes le parecía mal, ahora les parece que es lo que hay que hacer. Pero lo más bochornoso de este asunto fue protagonizado por nuestro personaje. Cristóbal Montoro presionó entonces a la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, para que votara en contra del paquete de recortes. Con un alarde de desinterés y de sensibilidad le espetó: 

“Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros”.


¿Qué diría ahora este señor si la oposición actuara como él? Este señor que se molesta porque se utilice la palabra rescate en alusión al rescate bancario y porque se interponga un recurso de inconstitucionalidad ante una medida fiscal que exime de pagar a defraudadores. Si la señora Oramas hubiera votado en contra de los recortes de Zapatero y no se hubieran llevado a cabo, los mafiosos que le exigieron las medidas nos hubieran dejado un recadito en forma de debacle al estilo griego. Entonces me imagino al señor Montoro con su capa de super ministro diciéndonos a todos los españoles. ¡Tranquilos, nuestro super programa electoral os salvará de esta hecatombe perpetrada por los derrochadores socialistas!

Rizar el rizo del cinismo es lo que están haciendo ahora Montoro y el PP: olvidarse de su programa y hacer lo mismo que ya empezó a hacer el chantajeado Zapatero. Lo triste es que en este caso no existe posibilidad de rechazar los recortes porque gracias al engaño, este gobierno aprueba tijeretazo tras tijeretazo sin posibilidad de veto y sigue asfixiando a un país ya harto y sin esperanza.

Señor Montoro, los muertos no se levantan.

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