Invierno Caliente en Rusia
En los últimos días estamos asistiendo a las mayores manifestaciones conocidas en Rusia desde la época de la Perestroika. En una sociedad anestesiada por el frío, el vodka y la corrupción parece que algo empieza a moverse. Desde los más jóvenes a los más viejos están comenzando a salir de la hibernación en este invierno que se presenta caliente.
El número de detenciones, como no podía ser de otra manera, es directamente proporcional al número de protestas. Desde la oposición se está denunciando la mayor represión desde el inicio de la era Puttin. Y aquí está la clave. Putin, siempre Putin, da igual que sea el Presidente, el Primer Ministro o como Director del Servicio Federal de Seguridad, sucesor del KGB. En Rusia no se mueve el aire sin que Putin de el visto bueno. Es el digno heredero de la dictadura comunista, la nomenclatura y el partido. Son los mismos perros con distintos collares.
Las denuncias en los últimos comicios van desde la utilización de “bolígrafos con tinta que desaparece” según Leonid Ivlev, vicepresidente de la Comisión Electoral Central, a los famosos carruseles, autobuses con personas que van votando de un colegio en otro, según Vladímir Kashin, vicepresidente del Partido Comunista de Rusia, segunda fuerza del país.
Pero los ecos del fraude no se apagan en las partes directamente implicadas. Mijail Gorbachov ha pedido anular los resultados de las elecciones y convocarlas de nuevo. Según el ex-presidente soviético “el hacer caso omiso de la opinión pública mina el prestigio de la autoridad y desestabiliza la situación". Incluso Hillary Clinton se ha pronunciado en el mismo sentido indicando que los ciudadanos rusos merecen una investigación sobre las irregularidades y el fraude de los comicios
Desde el gobierno la respuesta es clara. Como si de cualquier dictadura se tratase se opta por el contraataque y las teorías conspirativas. Serguéi Zhelezniak, del partido oficialista Rusia Unida, denunció "numerosas violaciones" por parte de representantes de los partidos opositores, que, según él, realizaban propaganda electoral durante la jornada de votación. En sus primeras declaraciones Vladimir Putin, que no puede olvidar su pasado KGB, ha acusado a Estados Unidos de fomentar las protestas. Ya antes de los comicios denunciaba que poderes extranjeros han invertido "cientos de millones de dólares" en intentar influenciar el voto. Y para mayor muestra de sensibilidad ante la situación Putin, actual Primer Ministro, presentó ayer en persona los documentos necesarios para registrar su candidatura a las elecciones presidenciales de marzo de 2012.
A través de las redes sociales se están convocando nuevas manifestaciones a las que parecen sumarse miles de personas. El año 2011, que esta a punto de culminar, podría ser recordado como aquel que comenzó con la primavera árabe y terminó con el invierno ruso.
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