Una Pistola por Navidad

Todos los años por estas fechas en mi casa, que somos muy tradicionales para estas cosas, escribimos la carta a los Reyes Magos. Mi mujer suele pedir una joya, un perfume o ropa, los niños el juguete de moda o un videojuego. Eso es porque vivimos en España, es una lástima, si viviéramos en Estados Unidos ella podría pedirse un revólver de esos pequeñitos del calibre 22 y los niños, que son más escandalosos, un arma de repetición, no sé, un AK-47 o algo así. Parece que lo estoy viendo, el día seis podríamos ir todos a practicar a la galería de tiro con nuestros nuevos juguetes. 


La semana pasada, el FBI publicó que en el mes de noviembre recibió de los armeros un millón y medio de peticiones de investigación de los antecedentes penales de sus clientes, que es el requisito previo para que una persona reciba su arma flamantemente adquirida en el establecimiento de rigor. Eso si lo compras legalmente, claro. Al parecer cada vez está más de moda comprar y regalar armas por Navidad. Ya saben, los buenos deseos, paz y amor para todos. Según el FBI, la venta de armas en estas fechas ha aumentado un 32% desde el año 2008.


La Segunda Enmienda a la Constitución de Estados Unidos recoge el derecho a poseer armas. Literalmente dice "Siendo una milicia bien preparada necesaria para la seguridad de un estado libre, el derecho del Pueblo a tener y portar armas no será vulnerado". Supongo que en aquellos tiempos, a finales del siglo dieciocho tenía bastante sentido facilitar a los ciudadanos su propia defensa en un mundo plagado de peligros con el salvaje oeste y todo eso. 

En la actualidad, teniendo en cuenta las estimaciones que indican que en Estados Unidos puede haber alrededor de noventa millones de ciudadanos poseedores de doscientos millones de armas, parece que el mayor peligro es este. Así se deduce de los números que indican que anualmente se producen más de mil quinientas muertes accidentales por armas de fuego y que el número de menores de quince años fallecidos por este motivo es doce veces mayor que en el total de los otros veinticinco países más industrializados.

Pero no es solo un problema que afecte a Estados Unidos. La facilidad para comprar armas en dicho país hace que sea una fuente de tráfico de armas hacia el exterior. Según la Oficina Federal de Control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) la totalidad del arsenal de armas usado por los narcotraficantes se ha obtenido en Estados Unidos, principalmente en Arizona y otros estados limítrofes.

Así que ya lo sabe, si entran Papa Noel o los Reyes Magos en su casa y del saco de los juguetes asoma una mirilla telescópica o un subfusil de asalto no se asuste. No es que vayan a atacarle, es que su próxima parada es en Estados Unidos. 



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